lunes, 9 de julio de 2018

Efigie


¿La sientes?

Sí aún está dentro de mí.

¿En qué parte?

Esta cerca de mi razón, en realidad está como atravesada en todo mi cuerpo, y hay momentos en que la siento albergada en mi corazón.

¡Ten cuidado!  Puede ser una enfermedad, un cáncer; algo dañino.

No lo creo, no tiene rencor, no se alimenta, no crece, no daña nada a su paso, sólo está llena de vacío.

¿Hace cuánto la sientes?

No lo sé con exactitud, apareció un día así de grande como esta hoy, al principio la confundí con hambre porque sentía un vacío en el estómago, ahora creo que es nostalgia, está llena de recuerdos.  A veces creo que esta compuesta de agua salada, he sentido su sabor cuando se me sale por los ojos y resbala por mis mejillas y accidentalmente se cuela por mis labios.

¿Puedes dormir?

¡Por fortuna sí!  El sueño es un refugio, un bálsamo que alivia hasta que vuelvo a despertar

¿Te lastima?

No, aunque es irremediable no duele, aunque no es una prisión me tiene atrapada.

¿Cuánto crees que dure?

Cuando la comprenda de verdad y pueda descansar, solo el tiempo podrá calmarla o desaparecerla.

¿Sabes qué es?

Tu ausencia



martes, 26 de julio de 2016

Al que le van a dar... le guardan!

En el ocaso de mi vida podría decir que estaba tranquila, una tranquilidad que me reconfortaba y la asimilaba como felicidad, sumergida en una rutina que me tenía envuelta y ocupada, estaba viendo pasar mis días, los últimos digo yo, de no sé cuantos que me quedan.
La vida me ha dado todo, tristezas, alegrías, historias para contarle a mis nietos, oportunidades, en fin… todo menos explicaciones y es ahí donde pasamos horas atando cabos, buscando respuestas, encontrando lecciones en momentos duros y muchas veces preguntando por qué y para qué, el tiempo es una paradoja, no sé si será consciente de lo que hace a su paso en nuestras vidas, en nuestra piel, en el sentido de la esperanza….
Me casé muy joven, enamorada muy enamorada, pero no del que fuera mi esposo, enamorada de un amor imposible, fuera de mi alcance, era una niña a la cual el vestido del amor, le quedaba grande, no lo comprendía ni dimensionaba, estaba vigilado por la autoridad de mis padres que calificaban a ese hombre “mi amor” como alguien inconveniente y como el encargado de desdichar mi vida entera, lo veía todos los días, trabajaba conmigo, era amable y coqueto, tenía 8 años más que yo, lo que en ese momento marcaba una gran diferencia sobre todo en el recorrido y la experiencia; ese era mi primer trabajo, yo era la nueva, la niña “monita” que le gustaba a todo el mundo.  Su amabilidad me erizaba, me llevaba a recorrer autopistas de sensaciones que no conocía, su amabilidad con el resto del género, también me llevo a conocer sensaciones que me asustaban y enfurecían, era inexperta hasta para disimular se notaba en no sé qué los celos que me despertaba, la emoción que me daba verlo, en fin… estaba en un parque de diversiones con boletos para todas las maquinas que revolvían las mariposas en mi estómago y las cucarachas en mi cabeza.
No había nada pero teníamos algo, aunque el rumor general apuntaba a un romance de antaño con otra chica, tal vez de su edad, tal vez de mucho tiempo… era un fantasma en mi fantasía. 
Mi amor, mi dulce amor, un accidente se encargó de separarnos en sentido literal y figurado, cuando fui a la clínica a verlo, vi salir de su cuarto a esa chica, mi fantasma…. Salí corriendo, lloré como desconsolada, sin poder explicar nada, porque no había visto o escuchado algo que le diera sentido a mi tristeza, mi madre sin preguntar mucho, sabía lo que pasaba y se encargó de llevarme a una cita con mi destino, me llevó donde una bruja que a través de las cartas vaticinó que no debía llorar por un amor que no era… luego afirmo, “el tuyo está a la vuelta de tu casa”.  Días después a la casa de al lado desocupada por varios meses llegaron los nuevos vecinos .. un nuevo amor.
Le di tanto crédito a la adivina, que al mes ya estaba casada…
Mi amor, acababa de salir de la clínica y de sus terapias de recuperación, se sorprendió al saberlo, no me reclamo, yo estaba infranqueable con mi actitud de señora respetable, que no dio nunca lugar a preguntas o explicaciones.
Mi matrimonio siguió hasta hoy, tuvimos dos hijos y 5 nietos,  respiro con la tranquilidad del deber cumplido en cuanto a ellos, quienes ya tienen sus hogares establecidos, eso me enorgullece, seguramente les di un buen ejemplo...  
Los años me enseñaron que la adivina no adivinó, aunque fui feliz en mi matrimonio, en la alegría de los hijos y los sueños que se construyen en el calor del hogar, siempre me faltó algo, con el tiempo le perdí la admiración a mi esposo, encontré una pila de defectos con las cuales podía describirlo, nuestra comunicación estaba en contravía, sus fracasos empresariales me llevaron a tomar las riendas económicas del hogar, pues había prometido “que en la salud, en la enfermedad, en la riqueza, la pobreza….hasta que la muerte nos separe”, era algo así como una condena, en la que él se acomodó patrocinado por su crisis nerviosa y su estrés, lo apoyé sin renegar, hoy en día estando en mi edad de júbilo y pensionada sigo trabajando, aunque el dinero no me sobra, no es esa la imperiosa necesidad de trabajar, es el deseo de salir y no pasar el día entero a su lado escuchando sus historias de la gloria perdida, de lo que pudo haber sido y no fue, muchas veces quise separarme, pensar en mis hijos me daba razones suficientes para quedarme a su lado, digamos que me sacrifiqué por ellos y decidí ser feliz con lo que la vida me dio y la tranquilidad que les cuento al inicio de esta historia.
 Hace un par de semanas recibí una invitación al Facebook, del amor, de mi amor, el de mi juventud, el de siempre, el que se quedó en un lugar eterno de mi corazón, secreto, clandestino, platónico, del que nunca hablé, del que la adivina descartó…
Me temblaban las manos de la emoción, la vida ha sido generosa con él, es un profesional exitoso y próspero que se dedicó a las leyes con pasión y hoy le dan estabilidad en todo sentido.   Hemos salido, a comer, a caminar, a cine… cosas que no hago con mi esposo hace años… me aclaré el cabello buscando ser la “monita” de aquellos tiempos, él me dice que todavía estoy bella, me regala rosas y chocolates, me abre la puerta del carro, camina a mi paso y no me apresura… 
Yo…me pinto los labios, uso perfume original, me compré una faja y un brasier de realce…
Me levanto feliz, acompañada por una sinfonía de pajaritos que llenan mis mañanas de algo así como una melodía de amor, chateo hasta altas horas de la madrugada, reviso mi correo con la emoción de encontrar un mensaje suyo, digo mentiras para poder verlo,  y mi esposo parece que no se da cuenta…
Ahora siento que inventé una felicidad para poder seguir, pero la felicidad me persiguió y en el ocaso de mi vida me alcanzó…
La propuesta: “hagámonos compañía ahora que estamos viejos, saca tu visa y vámonos de vacaciones a Miami", nunca he ido a Miami…
Ahora ya no tengo el pretexto de mis hijos, ya son grandes…
Qué quiero? Despertarme feliz el resto de mis días.  No se que siga, no sé que haga, sé que voy a vivir con tal intensidad, esta oportunidad que sin explicaciones la vida me dio y el tiempo me devolvió.

domingo, 19 de junio de 2016

Mi Primer Amor!

Dicen que el primer amor nunca se olvida... gracias a la vida por mi primer amor!

Siendo muy niña conocí el amor, sin saber exactamente como amar, encontré en los brazos de un hombre maduro y bastante mayor  para mi edad, la felicidad del amor puro.

Me tenía deslumbrada con todo lo que sabía, yo pensaba que había estudiado en una escuela de súper héroes con Superman y la mujer maravilla, y él me decía que sí pero que sólo un año y  que recordaba todo el tiempo a la mujer maravilla porque se parecía a mi…. algo en lo que aún hoy en día creo totalmente!

Era muy fuerte,  no se cansaba, corría y saltaba el lazo más rápido que todos,  elevaba las cometas más alto que nadie, pensaba que incluso no se quemaba porque un día accidentalmente le cayó café caliente encima y ni siquiera se quejó. 

Cuando no podía dormir me contaba historias fantásticas llenas de dioses y guerreros, me parecían raras y llenas de aventura, tiempo después descubrí que era La Odisea y la Ilíada, tal vez por eso me encanta la mitología griega!

Me enseñó también a abrir los ojos bajo el agua, a tirarme en la piscina sin quemarme, a no temerle a las tormentas y contar después del relámpago para saber que tan lejos estaba el rayo y tener la seguridad que nada malo pasaría;  aprendí de su mano a montar en bicicleta y en moto, a cocinar recetas deliciosas, a leer y amar los libros y un montón de cosas que son parte de mi día a día que hacen que a cada instante lo recuerde y trascienda en mi existencia su amor.

Me dio todo siempre, soy lo que soy gracias a su amor, me dio una infancia feliz llena de seguridad y de confianza, entendió mi adolescencia y nunca dejo de ser “un parche” aunque me tuviera que llamar la atención,  siempre me escucho,  estuvo ahí para ser papá y mamá cuando mi madre se fue al cielo, cuido mi embarazo y mi posparto también,  nunca se cansó de emprender y siempre estuvo listo para un nuevo comienzo, me inspiro con sus consejos y la última vez que me sentí muy asustada y llena de incertidumbre (tenía ya como 34 años) encontré en su regazo un refugio seguro donde llorar y sollozar hasta cansarme,  su cálido abrazo y los consejos que me susurró llenaron de aire mis pulmones y me sacaron a flote para seguir adelante.  Nunca deje de ser la niña de papá!


Hoy ya no estás en este plano, pero lates en mi corazón y estás vivo en cada recuerdo. Te quiero Siempre Papá!

jueves, 31 de diciembre de 2015

2015 Muchas gracias!


Sueños reales, risas sinceras, planes logrados, bendiciones y milagros cada día.  Haciendo el balance me doy por bien servida, un 2015 que me dejó saborear la dulzura de la dicha hecha sonrisa en la cara de mi Luciana, el sabor encantador de la satisfacción que no embriaga, que no empalaga y sencillamente deleita y deja mas allá del recuerdo un intenso deseo de un poco más...  me regaló también el sabor de las lecciones algunas amargas por la decepción, pero necesarias como el jarabe que de niña me daban para curarme de algún mal.

Muchas mañanas me desperté con el sabor envolvente de la tristeza y la melancolía, que no tenia nada de dulce, nada de sal... un sabor desesperado como el olor de algo quemado, que finalmente se lo lleva el viento y lo dispersa en un caudal de olores y sabores que devuelven aires llenos de esperanza en el amor, la felicidad, y los retos y desafíos con una propuesta para legitimar la sazón que le ponemos a la vida.

De niña pensaba que el año nuevo por el hecho de ser nuevo, sería perfecto como los juguetes que me traía el niño Dios y cuando veía como la gente se abrazaba en amalgamas de buenos deseos para el año venidero, sonreía segura, sin miedo.

Ahora un poco más "grandecita" entiendo que no es el año nuevo... es lo que decida hacer en el, ya no es el juguete perfecto que garantiza entretenimiento, es el lienzo que tengo para pintar del sabor que quiera mis días.

Me alegra escribir este post, sentir que logre mis sueños y desperté de mis pesadillas, sentir que avanzo ligera, dejando atrás el pasado, que aprendí de cada risa y cada lagrima, que las cosas llegan cuando tienen que llegar, que confío con la misma certeza de mi niñez en mi plan divino, que me encanta sentir ese sabor "acidito" de la aventura que plantea el mañana, que me descubro como una mujer fuerte y valiente, como la mujer maravilla mi álter ego de niña.

2015 Muchas gracias por regalarme la magia de la vida, 2016 te espero con la esperanza del que cree y se siente capaz.

El no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo: 1;7






martes, 8 de diciembre de 2015

Gracias Ma!

Hace 14 años no quería encender ni una vela, para mi era como si todas se hubieran apagado con tu partida, la tristeza se apoderó de mi sonrisa y no bastaba la tradición de la familia reunida para llenar el vacío que quedó en mi corazón.  

Cada año me fui acostumbrando a tu ausencia, en medio de luces y celebraciones la desolación  fue tomando un sabor de nostalgia que hacía más llevaderas las cosas y hasta las sonrisas que se dibujaron en mi cara fueron en tu nombre, por todo lo que me enseñaste.


Hoy maravillada por el sentido de la vida, escribo agradecida, no hay un día en el que no te piense o te recuerde, en el que lleguen a mi memoria tus enseñanzas, desde una receta hasta la forma de reprender a Luciana – Lo hago con tus mismas frases –  tal vez por eso concluyo que la ausencia se cura con recuerdos y que es en ellos donde se queda el amor, hasta en los más felices aparecen las lagrimas inevitables por la emoción;  ahora que soy mamá procuro dejar en Luciana recuerdos, felices y edificantes para que llenen su vida cuando sea necesario, anoche cuando encendíamos las velas la vi dando gracias y pidiendo que la luz ilumine nuestros días, me vi contemplando ese momento, deleitada por la magia y te vi en mi, en la mamá que soy,  que pone naturalmente en lo cotidiano y en lo particular el toque para la posteridad, Gracias mamá por cada café que llevaste a mi cama, para regalarme un día diferente cada día, es así como cada mañana te recuerdo, con mi café y una sonrisa, dispuesta a vivir un momento siempre especial, te amo hasta el cielo Ma.

sábado, 25 de julio de 2015

Mi Vida la Soñé Contigo

No encuentro palabras que puedan describir lo que siento por mi hija, ella ha sido inspiración y fuerza para lo que ha sido mi vida en estos siete años, de hecho empecé este blog para hablar de ella y del cambio de mi vida con su existencia.

Ahora es una niña grande que decide como quiere lucir el día de su cumple escogiendo la ropa que más le gusta, es inteligente, graciosa, feliz y también una niña que cuestiona y comprende las cosas de la vida, que se pregunta donde esta su papá y que con inocencia me pregunta que si a su regreso el será mi esposo.  Cuando ella nació pensé que el día de extrañar a su padre era muy muy lejano, pero el tiempo pasa y al llegar la hora de afrontar este momento, voy encontrando la forma de contarle el cuento sin finales felices, con la realidad adaptada al formato de su edad y aunque llora al descubrirse diferente frente a sus amigos con papá, también agradece tener una mamá que da todo por ella y una familia que siempre ha estado ahí.

El amor por mi hija es algo que me supera, quisiera evitar que sufriera, que se sintiera mal y de una u otra manera encontrarle un mundo perfecto; hace poco me vio llorando con una tristeza que me envolvía, quería esconderme para que no percibiera todo mi dolor, pero ella con su astucia y nuestra inevitable conexión sabía lo que pasaba, me preguntó porque lloras tanto mamá? Solo pude decirle que alguien había lastimado mis sentimientos para no explicarle más...  Ella respondió, ya lo sé, pero piensa en nosotras, en nuestra familia y en todo lo que nos ha dado papito Dios, "sigue con tu vida normal" (es su frase favorita)

Riendo entre sollozos la abrace y me dijo: mamá prométeme que no vas a volver a llorar...
Le respondí, no te puedo prometer eso hija, pero si te prometo que vas a ver como estas lagrimas se secan y como a pesar de que un día nos sintamos infinitamente tristes, podemos empezar de nuevo y volver a reír.

Esa es la vida y también la felicidad y esa es la lección cuando no hay mundos perfectos ni manera de explicarlos. Esa es Luciana Marvilla, que me inspira.

martes, 17 de marzo de 2015

Olvidar o recordar?

No hay nada más íntimo que la subjetividad de un recuerdo..."


Recordar es vivir, dicen algunos y lo entiendo claramente cuando me estoy quedando dormida y con sobresalto despierto espeluznada porque aparecen en mi mente sin permiso los episodios más vergonzosos de mi vida, esos que debería borrar pero que seguramente vuelven para recordarme una lección.


El acto de recordar es quizá como el latido del corazón, un impulso vital que se humaniza con el significado... que nos apena, nos emociona, nos entristece, nos desvela o nos hace soñar, es algo íntimo y subjetivo.


Marín el chico tímido de la clase, el típico sabelotodo con gafas de nerdo, con estilo clásico indiferente a la moda. La escena: último día del grado noveno, despedida, todos felices ganamos el año. 
Angélica, su sólo nombre invocaba un ángel, dueña de una belleza de cabello rubio, ojos azules y sonrisa inocente que hacia sentir a los chicos en el mismo cielo, del que aterrizaban en caída libre al escuchar su ronca voz y su actitud de "gamín" que al imponerse a su belleza, generaba un contraste mágico que enloquecía a cualquiera.. Arriesgada y hasta "boleta" con aire desafiante saco a bailar a Marín... El sabelotodo que lo único que a esa edad tal vez no sabía era bailar. 
Wow que momento! Inolvidable para Marín, sus glándulas sudoríparas estuvieron sobre estimuladas ante la burla de Angélica y el resto de la clase.
Dispuesto a no volver a vivir un episodio similar, Marín aprendió a bailar: leyendo sobre la historia del baile, preguntando a quienes mejor lo hacían, y practicando hasta dominar la técnica y encontrar aquello a lo que llaman "swing".

Un par de años después en los ires y venires de la vida, Marín y Angélica se encontraron en otra pista, siendo tal vez igual de inmaduros pero un poco más experimentados, Marín sintió el momento de la revancha.
Quería demostrar a Angélica que no había trauma, arriesgado y muy cortes, saco a bailar a Angélica.. El ritmo y la sintonía predominaron y evitaron los incómodos "ve y vos que más" que se usan para romper el hielo... Fue así como al terminar la canción de manera literal y muy hábil Marín le dio tres vueltas a Angélica y ella mirándolo a los ojos le dijo con franqueza: no puedo creer cómo nunca antes había bailado contigo!